La fibra y la alimentación después de una ostomía
La fibra, ese nutriente tan rico en propiedades y tan olvidado desde los inicios de los platos precocinados, bollería industrial y alimentos ultra-procesados.
Este componente vegetal, compuesto por polisacáridos (hidratos de carbono), tiene efecto saciante, colabora en el mantenimiento de la flora intestinal, da consistencia a las heces, y reduce la absorción del colesterol y azúcar.
Por ello, nunca debemos olvidar incorporar a nuestro menú las legumbres, cereales de grano entero, frutos secos, frutas y verduras.
Pero no es oro todo lo que reluce... Un exceso de fibra acarrea problemas tan serios como un déficit de ella. Flatulencias, diarrea y mala absorción de nutrientes son algunos de los efectos negativos de un exceso de fibra. A causa de ello, hay que prestarle mayor atención cuando se tiene una ostomía.
Las recomendaciones generales que podemos aplicar para un consumo equilibrado de fibra son:
- Evita el consumo de alimentos con un alto porcentaje de fibra, como los espárragos o las ciruelas.
- Reduce la ración de legumbres o cereales integrales, úsalas como guarnición.
- Acompaña cada ingesta de frutas y/o verduras “más ligeras”, como el tomate o la pera que, aun que en menor cantidad, también son una fuente de fibra.
- No olvides los frutos secos, una fuente ideal de ácidos grasos insaturados para controlar los niveles de colesterol y triglicéridos.
- Incorpora alimentos astringentes para contrarrestar los efectos de la fibra.
Un ejemplo de desayuno ideal podría estar constituido por un bol de plátano, copos de avena enteros (integrales) y yogur, o, si lo prefieres, existe la opción de tomarlo como batido. Complétalo añadiendo una cuchara pequeña de miel como fuente natural de antioxidantes.